Pérdida de Biodiversidad: La destrucción de entornos naturales está llevando a la extinción de especies a un ritmo alarmante. Según el
Informe Planeta Vivo 2022 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las poblaciones de vertebrados han disminuido en un 69% desde 1970. La conversión de bosques, humedales y otros ecosistemas naturales en áreas urbanas y agrícolas fragmenta y destruye hábitats, desplazando y llevando a la extinción de numerosas especies.
La pérdida de especies clave puede desencadenar un efecto dominó, desestabilizando ecosistemas enteros y comprometiendo la provisión de servicios ecosistémicos esenciales. Además, la expansión de monocultivos y la urbanización reducen la diversidad de hábitats y especies, haciéndolos más vulnerables a enfermedades, plagas y cambios ambientales.